Al finalizar
mi clase en la cátedra del Viaje del Héroe en el Centro Junguiano Fundación Vínculo, donde relaciono
el ciclo de Joseph Campbell con las películas STAR WARS, reflexioné en mi casa
respecto a este otro héroe que desvió su
camino para convertirse en el temible Darth Vader. Y la importancia que tiene
en nuestras vidas la necesidad de escucha, amor y compasión. Y lo vulnerables
que somos cuando no la tenemos, pudiendo llegar a convertirnos en víctimas o
victimarios, con tal de conseguir un poco de eso que nos falta.
(Advertencia: SPOILER. Si no viste la
saga STAR WARS y querés verla sin que te la cuenten, no sigas leyendo. Si te da
lo mismo, te invito a que continúes. Te va a interesar).
Los Jedi,
guardianes de la Paz en la Galaxia, esperaban que el joven Anakin (El Elegido,
quien según la profecía traería
“equilibrio a la Fuerza”) consolidara finalmente la paz y la luz eliminando la
amenaza de los Sith (Señores del lado Oscuro), y en cambio se transformó en el
instrumento que trajo oscuridad y muerte. ¿Cómo se explica esto?
Los caballeros
Jedi se habían enquistado en una orden
rígida, dogmática y, paradójicamente, con escasa empatía y compasión. Estos
orgullosos Caballeros de la Luz sólo se permitían obedecer las órdenes de su Consejo de sabios, poniendo en ellos la suma del saber y la intuición, y dejando
de lado sus propios sentimientos, pensamientos e intuiciones. Es cierto que por mucho tiempo esto trajo paz
a la galaxia. Pero en el camino perdieron flexibilidad, dejaron de creer en
ellos mismos.
Y es aquí
cuando aparece Anakin Skywalker, un esclavo con una capacidad sorprendente para
manejar y vibrar con la Fuerza, la energía que une a todo el universo.
Este niño,
descubierto por un Jedi que creía en la profecía, fue iniciado en las artes
Jedi, aún a discrepancia de algunos miembros del Consejo. Con los años el joven Anakin se hizo más consciente de su capacidad
y poder que superaba al de sus maestros. ¿Sería el Elegido?
Podríamos
decir que la profecía se cumplió tal como estaba previsto, pero que los Jedi la
malinterpretaron. Pensaban que el Elegido
traería “equilibrio a la Fuerza”. Y eso
fue lo que hizo el joven Anakin – Darth Vader, aunque no exactamente como los
Jedi esperaban. Equilibró los polos, o más bien, el peso de un polo muy sobrecargado
(Jedi – Luz) pasó al de su contrario (Sith – Oscuridad). Donde antes reinó la
luz, ahora reinaba la oscuridad.
Pero no fue
el orgullo ni la soberbia de Anakin lo que originó su caída. No.
Para mí fue
la falta de compasión, de empatía de su maestro Jedi. La rigidez y subordinación de ambos a una fuente externa,
a una autoridad externa.
Cuando el
joven Anakin intuye a la distancia que su madre está en grave peligro, intenta
sin éxito obtener el permiso de su maestro para ir en su ayuda. Pero éste,
obedeciendo órdenes, antepone su misión a la necesidad de Anakin.
Sin escucha,
sin empatía, sin compasión, Anakin se quedó solo y sin ayuda, cuando más la
necesitaba. Obedeció, siguió las reglas, acalló su voz interior que le rogaba a
gritos salir al rescate. Y el resultado de esta falta de humanidad fue
terrible. Cuando decidió desobedecer, llegó tarde. Seguramente en ese momento
se selló el destino de los Jedi y de la Galaxia, aunque se realizaría más
adelante.
Al joven
Anakin Skywalker le faltó recibir empatía y compasión precisamente de aquellos
guerreros de la Luz, la Paz, el lado luminoso de la Fuerza.
¿Podía
mantenerse la Paz así? No. El equilibrio, dolorosa pero necesariamente, se
invirtió.
Y digo se
invirtió, porque en realidad, ya en ese momento no había equilibrio. La balanza
estaba demasiado inclinada hacia el polo luminoso. Tanto, que ese polo se
cristalizó, se rigidizó y su luz perdió su esencia. Las leyes del ritmo hacen
que un polo se mueva hacia su contrario, y eso fue lo que sucedió exactamente.
Todo polo
encierra en su interior el germen del polo contrario. La luz encierra la
oscuridad. Y viceversa.
¿Qué hubiese
pasado si Obi Wan Kenobi dejaba marchar al joven Anakin a tiempo para salvar a
su madre? ¿Hubiese salvado a la orden de los Jedi del cuasi exterminio? No lo
sabemos.
Seguramente Anakin no hubiese caído en el dolor, la furia
y la desesperación que lo invadió y que lo marcaría profundamente. No hubiese sido presa fácil del Senador
Palpatine.
Porque, en
definitiva, Palpatine (oculto Lord de los Sith) fue el único que lo escuchó, que
atendió esa parte de Anakin que los Jedi reprobaban, rechazaban e invalidaban. Aceptó
su miedo, su enojo, su desesperación. Comprendió su frustración por no ser
reconocido, sus deseos de mejorar y ser útil a los demás, y su nuevo temor ante
la posible pérdida de su amada esposa. Aprovechó todo esto, y lo manipuló para
sus propios fines.
Palpatine lo
escuchó con el propósito de ganarse su confianza, de convertirlo en su
instrumento del mal. Y lo logró.
Anakin
estaba vulnerable, y en ese punto, era presa fácil de cualquiera que le hablase
directamente a su corazón herido, aprovechando su orgullo y decepción.
Cuando
estamos así de vulnerables, cualquier palabra dirigida al corazón suena dulce y
placentera. Es tanta la necesidad de sentirnos comprendidos, que sólo
escuchamos y no vemos más allá. Somos incapaces de ver si el que nos habla es
amigo o enemigo, lobo o cordero. No podemos darnos el lujo de rechazar ese
bálsamo. Estamos tan sedientos de atención, que no podemos alejar el vaso que
nos ofrecen, venga de quien venga.
A Anakin, su
tutor, su amigo, no lo escuchó. En cambio, su enemigo, sí lo hizo.
Estando así de heridos, nos movemos sobre un filo muy
delgado. La menor muestra de compasión nos hace inclinarnos hacia el lado de
quien la ofrece.
Esta sed de compasión, de empatía, de comprensión, nos
hace quedarnos en relaciones tóxicas, dañinas, violentas… por un mínimo de
atención.
Y para
terminar, recordemos que fue precisamente la compasión de Luke, la que redimió
a Darth Vader, sobre el final de esta apasionante saga.
Anakin
recibió justo lo que necesitaba y que ya no esperaba obtener: amor, compasión y
confianza absoluta. El círculo se cierra y ambos héroes son salvados.
Los hilos invisibles de una historia de ficción, que tantas veces vemos o
intuimos en historias verdaderas.
Andrea
García Moral – counselor
Enfoque al Ser Consultoría Psicológica
El Enfoque
Centrado en la Persona, desde una mirada Junguiana.
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