martes, 6 de noviembre de 2012

Counseling desde el Enfoque Centrado en la Persona

MIS  APTITUDES -  MI FILOSOFÍA RESPECTO AL COUNSELING  - LO QUE PUEDO OFRECER:


Como counselor del Enfoque Centrado en la Persona, considero a las personas como seres dignos de confianza, en cuanto a reconocer sus propios recursos y posiblidades de solución a sus problemas. Estoy convencida que cada persona conserva en su interior su propia guía y sabiduría innata, cuya voz interior es su máxima autoridad para recomendarle el mejor paso a seguir en su vida. Ocurre que dicha voz, en todos nosotros se encuentra en mayor o menor grado oculta, tapada, casi enmudecida. Hemos perdido la capacidad de escucharnos, de reconocer nuestras propias inquietudes, deseos, oportunidades, cualidades. Nos hemos amoldado, desde pequeños, para satisfacer los deseos de quienes nos amaban y cuidaban, Y para no perder dicho amor tomamos como verdad las directrices externas. Actualmente, hemos perdido contacto con nosotros mismos, y la experiencia interior se encuentra opacada. Elegimos en base a lo que creemos son nuestras propias experiencias. Cuando no podemos, muchos recurrimos a terapeutas que nos digan qué hacer.
El counseling desde el Enfoque Centrado en la Persona, es un poderoso promotor y liberador del potencial de cada ser humano. El counselor, brindando las aptitudes de Aceptación incondicional (esa persona es digna de confianza), Escucha y comprensión empática (ofrezco comprender al otro, ponerme en el lugar del otro) y autenticidad (no somos expertos, no necesitamos fingir ante el otro), provee un clima psicológico de cuidado y contención. Un clima favorecedor y facilitador para que la persona, sintiéndose segura, comprendida, escuchada, pueda animarse a escucharse, comprenderse, y abrirse a su propia experiencia, y revisar su propia vida y decisiones.
Como counselor del ECP, no doy consejos, ni tareas ni ejercicios a seguir. No interpreto, ni juzgo, ni dirijo el proceso. Sin embargo, mi participación es totalmente activa. Soy una persona profundamente interesada en el acontecer del consultante. Me interesa cómo es esa experiencia para esa persona. Me interesa poder comprender su mundo, por qué siente como siente y piensa como piensa. Mi interés, mi genuino deseo de comprenderla, el hacerle saber ese interés y mi comprensión de su situación, actúa como un poderoso catalizador, y facilitador para la autoescucha, autocomprensión y autopercepción del consultante.