lunes, 6 de julio de 2015

El tesoro oculto de las expectativas poco realistas


Las expectativas son deseos. Todo acto creativo comienza con una ilusión, un deseo. Sin deseos ni  ilusiones, no habría creación alguna. Toda fantasía proviene de la creatividad, y la creatividad es parte esencial del ser humano. Lo inconsciente es creatividad pura.

Las expectativas nos impulsan hacia las metas, hacia donde queremos llegar o lo que quisiéramos conseguir, en cuanto a hechos, situaciones o incluso personas. Piensa por un momento ¿Cuáles son tus expectativas respecto a los hijos, pareja, trabajo, vivienda, etc.?


Es imposible vivir sin expectativas. Siempre que iniciamos algo, está implícito el esperar que algo más suceda a continuación. Pero sufrimos cuando los resultados no son los que esperábamos. Y también provocamos dolor y agobio a los demás cuando les exigimos que sean como nosotros queremos.

Si nos movemos con expectativas poco realistas o fuera de alcance, las probabilidades de frustración y dolor serán muy grandes.

Pero el problema no radica en la expectativa en sí, sino en la cualidad de la misma, aquello que la hace más o menos realista. Esta cualidad está formada por todo lo que ponemos alrededor de ese deseo original.

Imaginemos una expectativa como si fuese un cohete espacial, un  deseo que será enviado al espacio de las múltiples posibilidades. Ahora, imaginemos que empezamos a llenar ese cohete-deseo con nuestras necesidades, con cada aspecto de nuestra vida que esperamos se verá afectado por la realización de ese deseo, ya sea pasado, presente o futuro. A más necesidades, más pesado se volverá ese deseo y más cargada emocionalmente estará esa expectativa.

Entonces, el peso de la expectativa no viene dado por el deseo original en sí, sino en todo lo que ponemos como necesidades a cumplir junto con él. Esta sobrecarga es lo que convierte una expectativa realista en una demasiado alta o alejada de la realidad. Y cuanto más alejada esté esa expectativa mayor será el dolor que sintamos, pues pusimos demasiadas  necesidades insatisfechas encima de un simple deseo.

Y sin embargo, no la ponemos tan alta a propósito, porque nos gusta sufrir de complicados nomás. No. 

El problema ni siquiera son las expectativas poco realistas.

El problema consiste en que desconocemos totalmente que existan tantas necesidades insatisfechas acumulándose y siendo subidas de manera inconsciente a la primera oportunidad de realización que tenemos a la vista. Las subimos en el vuelo equivocado.

Y aquí nuevamente aparece el juego de los opuestos.  Esta “mala y poco realista” expectativa que nos hace sufrir, se convierte en “buena” porque nos trae la llave que abre nuestro tesoro: el que contiene nuestras necesidades insatisfechas, desconocidas, y que nos exigen ser escuchadas. El secreto está en reconocer esta oportunidad y saberla aprovechar.

Podemos transformar el dolor de la frustración en profundo aprendizaje y desarrollo personal, encontrando el ambiente adecuado para descubrir pieza por pieza ese tesoro oculto de relucientes necesidades y deseos postergados, dándoles lugar para que se expresen, con sumo cuidado y respeto.

Y de paso, liberamos ese deseo inicial nuestro, y a todas las demás personas a quienes erróneamente hacemos responsables de cumplir necesidades ajenas. ¡Que livianos andaríamos por el mundo, si cada uno pudiese hacerse cargo de su propia carga de necesidades, impulsando cohetes con deseos más definidos  y livianos, allí, al infinito espacio de posibilidades del Ser!


Andrea García Moral  - counselor
ENFOQUE AL SER – Consultoría psicológica

Facilitación de procesos de cambio y desarrollo personal, desde el Enfoque Centrado en la Persona y el pensamiento Junguiano.

Consultas: enfoquealser@gmail.com
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