Las
expectativas son deseos. Todo acto creativo comienza con una ilusión, un deseo.
Sin deseos ni ilusiones, no habría
creación alguna. Toda fantasía proviene de la creatividad, y la creatividad es parte
esencial del ser humano. Lo inconsciente es creatividad pura.
Las
expectativas nos impulsan hacia las metas, hacia donde queremos llegar o lo que
quisiéramos conseguir, en cuanto a hechos, situaciones o incluso personas.
Piensa por un momento ¿Cuáles son tus expectativas respecto a los hijos, pareja,
trabajo, vivienda, etc.?
Es
imposible vivir sin expectativas. Siempre que iniciamos algo, está implícito el
esperar que algo más suceda a continuación. Pero sufrimos cuando los resultados
no son los que esperábamos. Y también provocamos dolor y agobio a los demás cuando
les exigimos que sean como nosotros queremos.
Si
nos movemos con expectativas poco realistas o fuera de alcance, las
probabilidades de frustración y dolor serán muy grandes.
Pero
el problema no radica en la expectativa en sí, sino en la cualidad de la misma,
aquello que la hace más o menos realista. Esta cualidad está formada por todo
lo que ponemos alrededor de ese deseo original.
Imaginemos
una expectativa como si fuese un cohete espacial, un deseo que será enviado al espacio de las múltiples
posibilidades. Ahora, imaginemos que empezamos a llenar ese cohete-deseo con
nuestras necesidades, con cada aspecto de nuestra vida que esperamos se verá
afectado por la realización de ese deseo, ya sea pasado, presente o futuro. A
más necesidades, más pesado se volverá ese deseo y más cargada emocionalmente
estará esa expectativa.
Entonces,
el peso de la expectativa no viene dado por el deseo original en sí, sino en
todo lo que ponemos como necesidades a cumplir junto con él. Esta
sobrecarga es lo que convierte una expectativa realista en una demasiado alta o
alejada de la realidad. Y cuanto más alejada esté esa expectativa mayor será el
dolor que sintamos, pues pusimos demasiadas necesidades insatisfechas encima de un simple
deseo.
Y
sin embargo, no la ponemos tan alta a propósito, porque nos gusta sufrir de complicados
nomás. No.
El
problema ni siquiera son las expectativas poco realistas.
El
problema consiste en que desconocemos totalmente que existan tantas necesidades
insatisfechas acumulándose y siendo subidas de manera inconsciente a
la primera oportunidad de realización que tenemos a la vista. Las subimos en el
vuelo equivocado.
Y
aquí nuevamente aparece el juego de los opuestos. Esta “mala y poco realista” expectativa que
nos hace sufrir, se convierte en “buena” porque nos trae la llave que abre
nuestro tesoro: el que contiene nuestras necesidades insatisfechas,
desconocidas, y que nos exigen ser escuchadas. El secreto está en reconocer
esta oportunidad y saberla aprovechar.
Podemos
transformar el dolor de la frustración en profundo aprendizaje y desarrollo
personal, encontrando el ambiente adecuado para descubrir pieza por pieza ese
tesoro oculto de relucientes necesidades y deseos postergados, dándoles lugar
para que se expresen, con sumo cuidado y respeto.
Y
de paso, liberamos ese deseo inicial nuestro, y a todas las demás personas a
quienes erróneamente hacemos responsables de cumplir necesidades ajenas. ¡Que
livianos andaríamos por el mundo, si cada uno pudiese hacerse cargo de su
propia carga de necesidades, impulsando cohetes con deseos más definidos y livianos, allí, al infinito espacio de
posibilidades del Ser!
Andrea García Moral -
counselor
ENFOQUE AL SER – Consultoría psicológica
Facilitación
de procesos de cambio y desarrollo personal, desde el Enfoque Centrado en la
Persona y el pensamiento Junguiano.
Consultas: enfoquealser@gmail.com
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