El
estar pendientes de la aprobación externa, nos vuelve inseguros y vulnerables.
Y el sentirnos inseguros de nuestra propia valía, nos hace más dependientes y
necesitados de la aprobación constante de los demás. Es un círculo vicioso, que
sólo puede romperse de adentro hacia afuera.
Si
nuestro interior es blando y vulnerable, nos apoyaremos en un armazón externo,
un exo-esqueleto que nos sostenga, creado a partir de la aprobación externa.