sábado, 21 de marzo de 2015

OTOÑO: ¿Soltar para cambiar? ¿O cuando logro cambiar, suelto?





¿Cuántas veces te dijeron “tenés que SOLTAR ”, y vos realmente lo intentaste pero no ocurrió nada? Y te sentiste aún peor…

El problema está en forzar que algo se desprenda, cuando no es el momento. La voluntad por sí sola no puede lograrlo. Hace falta algo más, mucho más sutil y más profundo.


¿Alguna vez intentaste arrancar un fruto o una flor cuando todavía estaban bien agarrados? Lo más probable  es que hayas arrancado buena parte de la rama, y lastimado la planta. Lo que suponías que estaba listo para ser arrancado, estaba tan agarrado aún, tan vivo, tan unido a su planta, que hiciste un destrozo. Y los destrozos lastiman.

 Por eso, cuando intentás soltar algo antes de tiempo, te destrozás por dentro, duele… Y encima te culpás por haber fallado. 

Los cambios son parte de un proceso más amplio, en el que debemos trabajar respetando los ciclos naturales. Los frutos maduran a su debido tiempo, antes no. Y recién cuando algo está seco porque ya no recibe ningún nutriente, se cae solo, sin esfuerzo. 

SOLTAMOS, SIN DARNOS CUENTA. Esto ocurre cuando nuestro interior cambia, cuando dejamos de alimentar lo que no nos sirve, no porque nos dijeron que debíamos hacerlo, sino porque ya no lo necesitamos. Y recién DESPUÉS del cambio es que notamos que acabamos de soltar aquello que parecía imposible de dejar.

No es “tengo que soltar esto”. Sino que ocurre naturalmente cuando el proceso personal  es llevado a cabo, con constancia y compromiso con uno mismo. Cuando llega el momento justo, eso que nos torturaba se cae por sí solo.  Y decimos:  “¡Ah! Mirá, ya no lo llevo! Se ve que en algún momento lo solté ¡y ni me di cuenta!”

Ese es el verdadero SOLTAR. Lo demás puede ser un comienzo, como: mañana voy al gimnasio, o dejo de fumar, o termino esta relación.  Querer soltar o cambiar es el principio, pero luego viene el trabajo profundo y el camino a transitar, cada uno a su modo y respetando sus tiempos y necesidades. Lo que nos iguala a todos son los ciclos naturales. Lo único que debemos hacer es empezar a verlos actuar en nosotros mismos, y dejar de pelear contra ellos. 

Cuando nos permitimos ser nosotros mismos, así como somos,  únicos e imperfectos, ya no pensamos en soltar, sino en avanzar. Cuando el pasado deja de ser una piedra que nos detiene y una cadena que nos lacera, pasa a ser el motor que nos impulsa con fuerza hacia nuestro futuro.

Y qué mejor futuro, que llegar a ser cada uno lo más cercano a su propia esencia, ser su propia mismidad. Brillar con color, intensidad y matices propios, y únicos.


Andrea García Moral – counselor
ENFOQUE AL SER  Consultoría Psicológica
El Enfoque Centrado en la Persona, desde una mirada Junguiana

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Imagen:  "Otoño", óleo sobre tela. Andrea García Moral, 1997.

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