martes, 15 de abril de 2014

Individuación: llegar a ser nosotros mismos.






 “Individuación  significa llegar a ser un ente singular, y, en cuanto entendemos por individualidad nuestra singularidad más íntima, última e incomparable, llegar a ser sí-mismo.  De modo que “individuación” podría traducirse también por “realización del sí-mismo” o “realización de sí”. 

“La individuación sólo puede significar un proceso de evolución psicológica que realiza las determinaciones individuales dadas, o, en otras palabras, constituye al ser humano como ese ente singular que es. No por ello viene a hacerse “egoísta”, sino que realiza su singularidad, lo cual, como queda dicho, está a distancia astronómica del egoísmo o del individualismo.”

Carl G. Jung.

Cada uno de nosotros somos seres únicos, irrepetibles,  tenemos un lugar preciso en este mundo, y es mediante la realización de esta singularidad que nos constituye, como mejor podemos aportar a nuestra sociedad toda, y a nosotros mismos. 


El desafío de nuestras vidas consiste precisamente en llegar a ese “sí-mismo” que en realidad ya somos, pero que desconocemos, aunque intuimos y sentimos sus efectos.

Lo que pensamos, sentimos que somos, nuestra personalidad consciente, es sólo un recorte de lo colectivo, es una imagen de nosotros mismos creada en función de una adaptación a la sociedad, de lo que se espera que seamos. Pero lo que realmente somos, nuestra singularidad primordial, está más allá de nuestra conciencia, y sin embargo, está presente y actuando todo el tiempo. Incluye lo consciente y también lo inconsciente.

Para llegar a conocer  y realizar el que somos realmente, es necesario entrar en las dimensiones profundas de nosotros mismos, teniendo en cuenta todo lo que somos, sentimos, pensamos, sin discriminar por su sentido racional o irracional, sin evaluaciones ni juicios de valor. Pues, lo que se requiere es precisamente de un acompañamiento amoroso, respetuoso, que no invalide ni recorte la experiencia del consultante, sino que permita que la persona pueda ser ella misma, sin temor a ser criticada, acusada o juzgada.

Ya se trate de un sueño, una fantasía, un deseo, una idea, una creencia, un hecho, o la repetición de conductas o situaciones, todo ello envuelve un sentido tan profundo que escapa no sólo a la conciencia de quien los vive, sino a cualquier pretendida “sapiencia” del profesional que observe desde afuera.  Es en un clima de acompañamiento amoroso, libre de amenazas y juicios de valor, recibiendo por igual cada expresión del consultante, que la persona puede llegar a encontrarse con sus anhelos más profundos, y con ese sentido que subyace a tantas situaciones angustiosas o desagradables en su vida.

Finalmente, dadas esas condiciones y a su debido tiempo, ese sentido es develado, se manifiesta, siendo este un momento sumamente importante dentro del proceso de acompañamiento. Es cuando comprendemos  cuánta razón tenía en permanecer oculto, pues de haber sido forzado a salir a la luz a destiempo podría haberle  traído consecuencias terribles al consultante. Es este conocimiento vital, impactante, el que reconecta de inmediato y de manera ineludible a la persona con su propia y primordial sabiduría.

El encontrarse a sí mismo es un proceso arduo, pero el recorrerlo nos regala la maravillosa sensación de sentirnos más plenos, más integrados. Aprender a confiar en nuestras intuiciones, ideas, y esas otras partes nuestras otrora negadas y reprimidas, nos da una fortaleza interior capaz de resistir tormentas inimaginables. Es un faro que nos guía para cuando nos desconectamos y nos perdemos de nosotros mismos. Podemos recordar que estuvimos allí, que en algún lugar nuestro pudimos constatar, vibrar, con nuestra esencia y nuestra sabiduría.

La confianza se construye de adentro hacia afuera. Así también es como crecemos en autoconocimiento, sabiendo que a cada paso que damos, estamos un poquito más cerca de nuestra preciosa y única singularidad.

“Por lo general el falso intento de diferenciación individual por imitación se queda en mera pose y el que lo ha hecho permanece en el mismo nivel en que antes estaba, sólo que con unos grados más de esterilidad. Para descubrir lo que hay en nosotros de auténticamente individual hace falta desde luego una reflexión a fondo, y de pronto nos percatamos de cuán extraordinariamente difícil es el descubrimiento de la individualidad.” Carl G. Jung.


Andrea García Moral
Autoconocimiento y Desarrollo Personal 

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