viernes, 22 de julio de 2016

Diálogos internos, ¿agotadores o fructíferos?



Voces que no son voces, literalmente, sino más bien pensamientos. Diálogos internos que por momentos nos abruman con su demanda y exigencia.
Dentro nuestro conviven infinidad de personajes  que  se activan en determinadas ocasiones para imponernos su propio punto de vista (¡con mucha energía!). 
 Creemos que somos nosotros los que pensamos, pero ¿es realmente así?.


Carl Jung decía:  “Estamos tan habituados a identificarnos con los pensamientos que surgen en nosotros, que siempre suponemos ser sus autores. (…) Si uno fuera más conciente de qué estrictas leyes universales subyacen en las fantasías más extravagantes y caprichosas, estaría en mejores condiciones de ver tales ideas como sucesos objetivos, lo mismo que los sueños, de los cuales sin embargo uno no supone que sean invenciones deliberadas”.

Es decir, así como los sueños no dependen de nuestra voluntad, mucho de lo que pensamos, tampoco.

Por ejemplo, ¿pueden reconocer estos personajes en ustedes?:  

El Crítico: demoledor como pocos. Varía desde una presencia insistente y molesta que nos cuestiona todo, hasta un personaje sádicamente cruel y devastador de nuestra autoestima.

El Juez:  para muchos el Juez incluye escenas de tribunal ( incluso Inquisición), culpa y castigo.

La Sobreprotectora: nos inculca miedo a la vida, todo es peligroso y no debemos arriesgarnos. En su afán de cuidarnos nos debilita la autoestima volviéndonos desvalidos.

Y muchísimos más, incluidos los clásicos: la madre, el padre, el niño, el héroe, la sombra, el anciano sabio y la anciana sabia, el peregrino, el bufón, el rey y la reina, etc. La lista es inagotable y es la riqueza de toda la humanidad, desde sus comienzos.

Todos estos personajes o arquetipos (como los denominó Jung), tienen sus aspectos luminosos y oscuros. Según cómo se manifiesten, podremos notar sus efectos positivos o negativos en nuestras vidas.

Por ejemplo: el crítico puede ser demoledor y no dejarnos avanzar en nada. Pero en su aspecto luminoso, es la voz que nos ayuda a superarnos, señalando lo que salió mal para que lo corrijamos y avancemos.

O el bufón: el humor es sumamente sanador y necesario en la vida. Pero en su aspecto negativo puede llevarnos a ser frívolos, desconsiderados e incluso crueles.

Nuestra tarea es aprender a reconocerlos e integrarlos de una manera más armoniosa, mediante técnicas que exploran la intuición, la imaginación, la observación interior, los sueños y  las fantasías. Al aceptarlos, enriquecemos y ampliamos nuestra personalidad y podemos beneficiarnos con sus valiosos aportes y energías.


Counselor Andrea García Moral

ENFOQUE AL SER
Consultoría Psicológica Humanístico Junguiana


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