Hay
momentos en que nos sentimos solos, perdidos, desanimados. En que pensamos que
nada de lo que hicimos sirve. Perdemos la fe y la confianza en nosotros mismos.
Y corremos el peligro de caer en el abandono de nuestros sueños, la pérdida de
las ilusiones. Pensamos si no será mejor bajar los brazos.
Cuando
me siento así, he descubierto algo muy liberador que me saca de ese estado de
desesperanza.
Y
es reencontrarme con algo lindo, bello, que haya hecho anteriormente.
Redescubrir algo olvidado, hecho por mí hace tiempo. Puede ser cualquier cosa,
una pintura, dibujos, algunos temas musicales
o mis escritos.
Y
ocurre que, por ejemplo, leyendo un determinado texto me pregunto: pero esto
¿en serio lo escribí yo? Y en ese preciso instante, cuando me redescubro, es cuando
vuelve la energía y la confianza.
Es
reencontrarme con aquella otra yo que estaba rebosante de energía, entusiasmo y
claridad de ideas. Y que cuando estoy triste la siento tan lejana y olvidada.
Este
contacto con un logro es un llamado a mí misma. Porque es la energía de aquel momento,
de cuando fluimos perdiendo la noción del tiempo al crear algo propio, la que
nos atrae. Una energía muy vital, rebosante de creatividad y entusiasmo, y que
deja su eco perdurable en cada una de nuestras obras, por muy pequeñas que
sean.
Y
esto vale para todos.
Todos
nosotros tenemos algo que hayamos hecho y del cual podemos sentirnos
orgullosos.
Algo
que al repasarlo, revivirlo, hace que se nos ilumine el pecho con una cálida
sensación de bienestar, y nos devuelve
la confianza perdida.
Puede
ser cualquier cosa. Una artesanía, tejido, pintura, dibujo o pieza musical. Un
cuento o un poema. También esas plantas que agradecen nuestros cuidados o la sillita
hecha con tanto amor. Es bueno que sea
algo que deje una pista concreta.
Es
importante poder tener un encuentro a solas con nuestros logros, y las pistas
que nos han dejado. Tocarlas, dejarnos impregnar por ellas. Es un momento
íntimo de encuentro con nosotros mismos. Un espacio para volver a sentirnos
orgullosos y valiosos por ser quienes somos.
Porque
todos podemos tener altibajos. Pero todos hemos hecho algo bello, agradable e
importante más de una vez.
Por
eso, cuando te sientas triste y abatido, abraza tus logros, recuerda quién eres
y ponte de pie, una vez más.
Counselor
Andrea García Moral
ENFOQUE
AL SER
Consultoría
Psicológica Humanístico Junguiana
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