Escuché
estos días, que para llegar a la esencia más pura de nuestro Ser, debíamos
liberarnos de todas nuestras creencias, absolutamente todas, llegar a cero.
Ahora
pienso… ¡Bueno, pero eso es imposible!. El hecho de creer que el camino es
abandonar todas las creencias, es una creencia en sí misma. Es Creer que el
modo de llegar a Ser, es no tener creencias…
Esto
me lleva al primer axioma de la comunicación de Watzlawik: “Es imposible no
comunicar”. Sería algo parecido. Es imposible no tener creencias.
Las
creencias, al igual que las máscaras, no son malas sino necesarias. Pueden
tener mala fama, pero nos sostienen y protegen. El problema no radica en su
existencia, sino en su dureza y rigidez.
Imaginemos
las creencias como uno de los componentes de nuestro esqueleto interno. Nos brindan un
punto de apoyo, equilibrio, estabilidad. Están insertas muy dentro nuestro,
tanto que actúan en modo automático y muchas son invisibles a nuestra
conciencia.
Pero
es fácil descubrirlas: cuando nos
sentimos alcanzados por algún comentario o hecho que nos ofende profundamente, seguramente
nos tocaron una creencia, y entonces saltamos en automático a defenderla, con
capa y espada.
El
salir a defender nuestras creencias (y las que ignoramos son las que más
ferozmente defendemos) es lo que nos aleja del diálogo y nos lleva a la
confrontación.
Es
natural, si nos tocan nuestro sostén
interno, el peligro de desmoronarnos
es real. Por eso, el ataque parece ser la mejor defensa.
Sin
embargo, desde el Enfoque Centrado en la Persona y la Cosmovisión Junguiana,
sabemos que lo más conveniente no es la rigidez ni tampoco la falta de sostén,
sino la flexibilidad y la fluidez. Un poco como nos enseña el Tao Te King.
¿Flexibles
cómo? Pues animándonos a considerarlas como lo que son : Verdades profundamente
arraigadas, pero no por eso inamovibles. Verdades que incorporamos como propias
desde que nacimos (o quizás antes), pero que pueden ser cambiadas, en pos de
nuestra evolución. Podemos ELEGIR nuevas verdades.
Lo
que pudo ser necesario para una etapa anterior puede estar siendo una verdadera
carga ahora, que nos detiene y agobia.
Entonces,
no es cuestión de llevar las creencias como pilares de piedra, sino saber que
podemos poner en duda ciertas Verdades… y que eso es saludable. Para nosotros,
y para los demás.
Si
lo logramos, ganamos en crecimiento personal, libertad y autonomía. Es la base
de la Empatía.
Esto
no es traicionarse, si somos honestos con nosotros mismos.
Es
comprender que quizas hoy esto es importante para mí, pero que puede no serlo
para el otro, y no debo entrar en batallas para sostenerlo. Y ciertamente,
puede que en el futuro comprenda que quizas el otro tenía razón. O ambos, o
ninguno.
La
incertidumbre existe. Es parte del Universo. Por eso necesitamos ser flexibles,
fluidos y cambiantes, para crecer y llegar al SER (Esta, obviamente, es mi
creencia).
Para
dar un paso, debemos perder el equilibrio un instante, para luego apoyarnos en
el otro pie. Y asi es como avanzamos, de equilibrio en desequilibrio.
Andrea
García Moral – counselor
ENFOQUE
AL SER Consultoría Psicológica
El
Enfoque Centrado en la Persona, desde una mirada Junguiana
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