jueves, 15 de enero de 2015

Que nuestras creencias sean flexibles




Escuché estos días, que para llegar a la esencia más pura de nuestro Ser, debíamos liberarnos de todas nuestras creencias, absolutamente todas, llegar a cero. 

Ahora pienso… ¡Bueno, pero eso es imposible!. El hecho de creer que el camino es abandonar todas las creencias, es una creencia en sí misma. Es Creer que el modo de llegar a Ser, es no tener creencias…

Esto me lleva al primer axioma de la comunicación de Watzlawik: “Es imposible no comunicar”. Sería algo parecido. Es imposible no tener creencias.

Las creencias, al igual que las máscaras, no son malas sino necesarias. Pueden tener mala fama, pero nos sostienen y protegen. El problema no radica en su existencia, sino en su dureza y rigidez.

Imaginemos las creencias como uno de los componentes  de nuestro esqueleto interno. Nos brindan un punto de apoyo, equilibrio, estabilidad. Están insertas muy dentro nuestro, tanto que actúan en modo automático y muchas son invisibles a nuestra conciencia.

Pero es fácil descubrirlas:  cuando nos sentimos alcanzados por algún comentario o hecho que nos ofende profundamente, seguramente nos tocaron una creencia, y entonces saltamos en automático a defenderla, con capa y espada.

El salir a defender nuestras creencias (y las que ignoramos son las que más ferozmente defendemos) es lo que nos aleja del diálogo y nos lleva a la confrontación.

Es natural, si nos tocan nuestro sostén interno, el peligro de desmoronarnos es real. Por eso, el ataque parece ser la mejor defensa.

Sin embargo, desde el Enfoque Centrado en la Persona y la Cosmovisión Junguiana, sabemos que lo más conveniente no es la rigidez ni tampoco la falta de sostén, sino la flexibilidad y la fluidez. Un poco como nos enseña el Tao Te King.

¿Flexibles cómo? Pues animándonos a considerarlas como lo que son : Verdades profundamente arraigadas, pero no por eso inamovibles. Verdades que incorporamos como propias desde que nacimos (o quizás antes), pero que pueden ser cambiadas, en pos de nuestra evolución. Podemos ELEGIR nuevas verdades.

Lo que pudo ser necesario para una etapa anterior puede estar siendo una verdadera carga ahora, que nos detiene y agobia. 

Entonces, no es cuestión de llevar las creencias como pilares de piedra, sino saber que podemos poner en duda ciertas Verdades… y que eso es saludable. Para nosotros, y para los demás.

Si lo logramos, ganamos en crecimiento personal, libertad y autonomía. Es la base de la Empatía.

Esto no es traicionarse, si somos honestos con nosotros mismos. 

Es comprender que quizas hoy esto es importante para mí, pero que puede no serlo para el otro, y no debo entrar en batallas para sostenerlo. Y ciertamente, puede que en el futuro comprenda que quizas el otro tenía razón. O ambos, o ninguno.

La incertidumbre existe. Es parte del Universo. Por eso necesitamos ser flexibles, fluidos y cambiantes, para crecer y llegar al SER (Esta, obviamente, es mi creencia).

Para dar un paso, debemos perder el equilibrio un instante, para luego apoyarnos en el otro pie. Y asi es como avanzamos, de equilibrio en desequilibrio.

Andrea García Moral – counselor

ENFOQUE AL SER  Consultoría Psicológica
El Enfoque Centrado en la Persona, desde una mirada Junguiana


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