Hacé click en la imagen para agrandar |
De algo estoy segura: si la violencia psicológica dejara
marcas tan visibles como la violencia física, no sería tan frecuente en los
ámbitos de las terapias psicológicas, ni tan comúnmente tolerada.
El abuso emocional ejercido por algunos profesionales (psiquiatras,
psicólogos, counselors y afines) que se supone que están para ayudar y no para
lastimar, es asombrosamente común y
aceptado por la mayoría, tanto de sus colegas como muchos pacientes o
consultantes. Por supuesto, no son
todos, pero sí, lamentablemente, una buena parte.
Son muchas las personas que asisten a distintas terapias
(sean cuales fueren) y encuentran normal, o incluso esperable, que la terapeuta
sea aguda, severa, insistente, inflexible o inclusive cruel (pero con tono amable).
Lo escucho a menudo. Yo misma una vez también pensé que la terapia era eso, que
me ayudaran “a ver lo que no podía ver por mí misma”.