¿Sabían ustedes que recién en el año 1973 la APA, Asociación Norteamericana de Psiquiatría, retiró del DSM-II* la homosexualidad de su lista de trastornos mentales? ¿Y que recién en el año 1990 la Organización Mundial de la Salud, avaló esta eliminación?(1)
Cuando supe esto me quedé pensando… ¿Qué hubiese pasado si fuésemos counselors argentinos en el año 1972? ¿Si ya entonces existiese la carrera tal y como lo es ahora? Obviamente, y de acuerdo al alcance de nuestra profesión, hubiésemos estado obligados a derivar. Sí, así tal cual. Lo derivamos por ser homosexual, porque padece un trastorno que está incluido en el DSM. Ergo, no es “normal”. (¡Horrible de tan solo pensarlo!, ¿verdad? Pero sigamos imaginando).
Cuando supe esto me quedé pensando… ¿Qué hubiese pasado si fuésemos counselors argentinos en el año 1972? ¿Si ya entonces existiese la carrera tal y como lo es ahora? Obviamente, y de acuerdo al alcance de nuestra profesión, hubiésemos estado obligados a derivar. Sí, así tal cual. Lo derivamos por ser homosexual, porque padece un trastorno que está incluido en el DSM. Ergo, no es “normal”. (¡Horrible de tan solo pensarlo!, ¿verdad? Pero sigamos imaginando).
Entonces, viene a la consulta una persona totalmente normal, lúcida, sensible, amable, con familia, con trabajo, igualito a nosotros. Y en determinado momento del proceso, simplemente confía tanto en nosotros, en esa seguridad que le ofrecemos dentro de ese nido de aceptación, congruencia y empatía, que nos confiesa un secreto terrible para él (o ella): es homosexual. Y la angustia que le genera tener que mentir, tener que vivir a escondidas, tener que esforzarse por ser otro, por fingir no sentirse atraído por otra persona de su mismo sexo. Sufre por ese esfuerzo. Esa lucha por No Poder Ser lo agobia.
¿Y entonces? Nosotros, counselors del año 1972, lo derivamos a un psiquiatra, pues nuestro título sólo nos habilita a acompañar a “personas y grupos normales”. Como lo que le pasa está incluido en el DSM, ya no es “normal”, tiene un trastorno mental que excede los alcances de nuestra profesión.
Y lo derivamos. Es por su bien, claro. Otros lo van a ayudar. Lo van a “curar” de su enfermedad.
Pero entonces me pregunto: ¿Y la confianza que nos depositó? ¿Y el secreto que nos confió? ¿Y su angustia? ¿Y ese sentimiento naciente de poder apenas atisbar la esperanza de que quizás, por un instante, pueda ser libre para ser, para sentir? ¿Dónde quedó ese lugar donde podía llorar su dolor sin que lo juzgaran? ¿Dónde quedó todo eso?
Bueno, dirán, pero podemos trabajar en forma interdisciplinaria. Lo seguimos acompañando con el visto bueno del psiquiatra. Nosotros acompañamos su parte sana (¿!) Ok. Entonces, después que el pobre tipo vomitó hasta el alma cada vez que le mostraron imágenes de hombres desnudos, producto de fármacos administrados con ese fin en algunas técnicas de conversión (2) viene a que lo escuchemos. ¿Y qué diablos nos va a contar ahora? Y peor aún, si para nosotros lo que están haciéndole es una tremenda salvajada ¿podemos escucharlo? O más bien: ¿a quién escuchamos? ¿Al paciente/consultante, o al equipo interdisciplinario que lo está “curando”?
A muchos nos duele de tan solo imaginarlo ¿verdad? Horrible.
Pero bueno, dirán, estamos en el siglo XXI, eso es imposible que pase. Ya se sabe que la homosexualidad no es un trastorno ni una enfermedad. Somos todos aceptantes y “gay-friendly” porque, además, ya aprobamos “Sexualidad”.
Ok. Volvamos al 2013. Pero igual yo me pregunto… porque soy así de preguntona… Y si antes eran los homosexuales que estaban mal incluidos en el DSM… ahora ¿Quiénes son?
¿A cuántas otras personas muy normales, exquisitas, tan sensiblemente humanas que sufren en esta sociedad deshumanizantemente “normal”, nos estaremos perdiendo de acompañar porque su sufrimiento no es considerado “normal”?
… La sociedad te ahoga con sus exigencias inhumanas. Pero si te sentís muy ahogado, tenés un trastorno.
Andrea García Moral
Counselor - Enfoque Centrado en
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*DSM: Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales .
(1) http://www.elmundo.es/
(1) http://es.wikipedia.org/wiki/
(2) http://www.elmundo.es/
(2) http://es.wikipedia.org/wiki/
Me reí un poco y también me quedo reflexionando, pero la reflexión me dura un poco más después de la risa. EL Counseling, al menos en Argentina, está lleno de estas incongruencias. Muy bueno el artículo, al igual que tu crítica sobre los procesos frágiles. Te sigo leyendo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Eduardo por tu comentario. Esta nota surgió de mi propia angustia e impotencia frente a la liviandad e irresponsabilida con que se maneja el tema de la derivacion en el counseling. Me sirvió para desahogarme y expresar a quien quiera oirlo mi descontento y desacuerdo. Si ademas ayudó a la reflexión, más que contenta! Abrazo.
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