El sueño del
mago / ( o la relación Ánima y Ánimus )
“Él tenía el
oído derecho y la boca de metal, ya que podía entender y hablar todas las
lenguas del mundo. Era un famoso mago que se enamoró de una hechicera, quien
tenía la magia necesaria para curarlo, y el amor. La hechicera no sabía su
nombre, pues debía ser nombrada por el mago. Pero él no podía besar, ni mucho
menos nombrarla. Para ello debía ser redimido por la hechicera.
Entonces
ella lo acercó a su pecho desnudo para que oyera los santos sonidos de la vida,
la sangre y el aliento penetrando en los pulmones.
Y él pudo oír,
y su oreja se hizo carne.
Entonces
pudo ver luz, la luz verde que brotaba del interior del pecho de su amada.
Y entonces
sus labios se hicieron carne para darle su nombre.
Al oírlo
ella se iluminó y repitió su nombre y el del mago.
Y se entregó
con profundo amor.”
Andrea García
Moral. 2007
Imagen: Santiago Carbonell, “Reencuentro
de media tarde”.
Les comparto este sueño que tuve
en enero del 2007, luego de haber terminado mi primer año de Formación en
Pensamiento Junguiano en el Centro Junguiano Fundación Vínculo, y con muchas
ganas de comenzar el segundo. Por ese entonces, yo venía con muchas inquietudes
y preguntas aún sin respuesta acerca del misterio del ánimus (término utilizado
por el Dr. Carl Jung para referirse al arquetipo que representa lo masculino inconsciente
en la psique de las mujeres (ánima es lo femenino inconsciente en el hombre).
Esta transcripción del sueño es al
mismo tiempo un producto de Imaginación Activa (otro término acuñado por Jung,
para referirse a aquella actividad donde por medio de expresiones tales como
escritura, pintura, dibujo, danza, teatro espontáneo, etc., dejamos a la
imaginación expresarse libremente, permitiéndole a lo inconciente seguir ampliando
y enriqueciendo su mensaje de sueños o fantasías).
Por tanto, al estar aún semi
dormida (casi diría en un estado hipnopómpico: intermedio entre el sueño y la
vigilia), dejé que mi mano escribiera sin filtro lo que recordaba del sueño, incluso
utilizando un estilo y palabras poéticas que nunca uso cuando anoto mis sueños.
Es por eso, que al escribirlo casi dormida y sin ánimo de frenar o corregir las
palabras que iban apareciendo por sí solas, las imágenes del sueño se funden
con el texto, acentuando su carácter simbólico.
En un principio, y por un par de
años, fue simplemente “El sueño del mago”. Un sueño más en un cuaderno de
sueños.
Cuando años después me apliqué a
la investigación acerca del ánimus para mi trabajo monográfico, encontré en
este sueño mucho más.
Pienso que terminó siendo una bella expresión
de la interrelación entre los arquetipos del ánima (Eros, lo Femenino inconsciente) y el ánimus
(Logos, lo Masculino inconsciente).
Por lo menos, así me lo parece a mí.
Y me gusta.
Andrea García Moral
Counselor en ENFOQUE AL SER
El Enfoque Centrado en la Persona,
desde una mirada Junguiana.
enfoquealser@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario